Tenía unas ganas locas de tener a estos bebés en mi estudio. Era como volver a tener a mis enanos en formato mini, y encima poder hacer todo lo que con ellos no pude hacer por ser tan prematuros.
Como suele pasar en estos casos, la sesión no fue exactamente como había imaginado. Eran unos peques realmente adorables pero uno de ellos era un manojo de nervios y saltaba apenas le tocaba. Menos mal que decidí al último momento llamar a mi amiga y fotógrafa Elisa Tcach para que viniera a echarme una mano. Sobre todo, pensaba yo, por el hermano mayor que, dada su edad, podía decidir no colaborar. Y qué acierto! Sola habría sido muy duro pero trabajando en equipo, ella sujetando al inquieto y yo colocando al más tranquilo, logramos terminar la sesión sin demasiada frustración.
Salió una sesión de fotos de newborn de mellizos preciosa! ¿Qué os parece?