Aunque siempre procuro ser fiel a mi estilo, hay situaciones en las que hay que tirar de viejos trucos para poder hacer una sesión. Y todos sabemos que a veces las sesiones de fotos de recién nacido con hermanos inquietos, puede ser una tarea imposible.
En este caso, además, la peque no cogía bien el peso estaba muerta de hambre.
Así que saqué las cestas, probamos la que mejor el quedaba, la envolvimos en un bonito arrullo blanco y la colocamos despierta en un cesto con lana trenzada natural para que estuviera más relajada y su hermano pudiera posar con ella sin lastimárla.