Aun así se puede y se debe, porque el esfuerzo está siempre recompensado. Es mucho más sencillo evidentemente, si se tiene un piso o casa cerca de la playa, para poder llegar a ella rápidamente cuando estén todos listos. Pero sino, requiere de algo más de cálculo para no perder las horas buenas de luz.
Yo tuve que levantar a 4 (mi marido incluido), y arreglarles y ponerles en marcha, para poner rumbo a la playa, que estaba como a 30 min. Y aun con toda la preparación, llegamos 30 min. tarde, y cuando hablamos de luz, es bastante.
El resultado fue que yo estaba un poquito más tensa de lo debido, ya que siendo mi último día en Levante no me quería perder esa luz. Y claro, madre tensa, niños nerviosos. Consejos vendo, y para mí no tengo… No se puede poner uno nervioso, antes de ir a una sesión de fotos, pero generalmente el fotógrafo lo nota y tiene sus trucos para relajar el ambiente.
Aquí como yo era cliente y fotógrafo, se torció la cosa, y por eso mi hijo mayor sólo sale en una (no es que haya elegido sólo una), antes de ponerse de morros y cerrase en banda.
Me relajé y olvidé Sr. Morros, y me lo pasé pipa haciendo fotos a los otros 3 amores de mi vida. No era la sesión que tenía en mente, pero con niños pequeños raramente lo es.
Aquí os dejo el resultado de mi sesión de fotos levantina. Si quieres hacer una sesión este verano, avísame con tiempo, me muevo por levante y por la costa del sol, casi todos los años.