En una sesión de fotos de bebé en estudio, según los meses que tengan, es importante dejar al pequeño, un tiempo para aclimatarse al espacio y al fotógrafo. Debe sentir que es un sitio seguro, y que mamá y papá no les están «aparcando» ahí disimuladamente, para ir a hacer algún recado.
En general, no tardan mucho en evaluar la situación, y detectar que no hay peligro, y entonces empieza la diversión. Y en esta ocasión no fue una excepción. No hay nada más satisfactorio que ver disfrutar a un peque cuando le estás haciendo fotos y encima le haces gracia 🙂
Además teníamos un montón de modelitos para elegir. Fue difícil descartar algunos, pero sabemos que los peques no disfrutan del cambio de ropa como los mayores. Así que lo dejamos en tres vestidos y un cubre pañal y todos contentos.
Espero volver a tener está enana delante de mi cámara algún día. Hasta muy pronto, bombón!
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